Mucho se ha dicho recientemente, por parte de expertos en el sector turismo, que después de la contingencia sanitaria por el COVID-19 uno de los segmentos de viajes que repuntará será el turismo sustentable, mediante la práctica del del turismo de naturaleza: aventura, ecoturismo y rural.
Los destinos y empresas del sector tendrán que poner mucha atención en esta modalidad de viajes para poder mantenerse en el mercado y lograr una pronta recuperación de la actividad una vez que pase la crisis, de lo contrario se verán afectados en la demanda, lo que se ha sustentado en estudios que arrojan esta tendencia, marcando el papel que juegan la sustentabilidad y el turismo responsable antes de la elección de su próximo destino.
De acuerdo a un encuesta del metabuscador Kayak, realizada a mil viajeros mexicanos (International Travel Survey 2020 México), arroja que cada día se encuentran más comprometidos con el medio ambiente, expresado por 79% de los entrevistados, enfatizanado que es importante viajar de forma sustentable, y a pesar de que los precios de hoteles y otros servicios turísticos se elevan, por tratarse de una tendencia en crecimiento, 65% estaría dispuesto a pagar extra con tal de ser ecofriendly a la hora de viajar, hospedarse o rentar un auto.
Por otro lado, la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras (ANCH) ha dado a conocer en cuanto al seguimiento de las tendencias mundiales, y muy especialmente en las preferencias de los propios huéspedes, quienes también han puesto su granito de arena en relación a viajar de forma responsable, que 90% de los viajeros se inclina por hoteles sustentables y 34% está dispuesto a pagar por alojarse en propiedades de este perfil, como se manifiesta una encuesta del Global Sustainable Tourism Council.
Pero es más un asunto de consciencia, ya que la visitación no controlada y sin reglas o códigos de conducta en los sitios turísticos pone en grave riesgo a los ecosistemas, como ya nos dismos cuenta en esta etapa de aislamiento social, por lo que cobra especial importancia difundir, particularmente entre los turistas, la importancia de cuidar nuestra riqueza natural, pero desde una perspectiva racional, no como imposición o prohibiciones, sino explicando las consecuencias de afectarla versus los beneficios que brinda a la humanidad su conservación.
Argumentos, lo hay: nos ofrecen servicios ambientales vitales como el agua, el aire puro que respiramos y hasta nos suministran alimentación, además de otros, como los insumos para medicamentos, conservación de especies o su función como barreras contra huracanes y otros fenómenos naturales, cuando se encuentran en buen estado.
En sus recorridos por los diversos destinos nacionales, los viajeros tienen el contacto directo con los ecosistemas, ya sean playas o ríos, bosques, montañas, selvas, manglares, humedales, zonas marinas o desiertos, por lo que está al alcance de su mano cuidar o afectar estos ambientes, y esa es justo la oportunidad, cuando es más fácil enamorarlos de la diversidad de especies y sus entornos, porque lo están viviendo en ese momento.
Todos tenemos ese compromiso: gobiernos, empresas, organizaciones y la población debemos tomar consciencia y, juntos, conservar nuestro entorno natural, del cual somos parte, y paralelalmente contribuir a recuperar la actividad turística a la brevedad posible, cuando podamos viajar después de la cruda experiencia que nos deja el COVID-19.
Ejemplo de buenas prácticas son las áreas naturales protegidas de México, en las que se lleva a cabo un real turismo de naturaleza; hay reglas claras de conducta, información, accesos controlados de acuerdo con las características del ecosistema, donde se asume el compromiso de causar el menor impacto sobre el medio ambiente y la cultura de las comunidades. Esta mecánica de conservación contribuye además en la generación de ingresos para las poblaciones locales que, por supuesto, está enmarcado en los tres ejes de la sostenibilidad: económico, social y ambiental, donde cada visitante se va con algo más que haber disfrutado del descanso, la relajación, la buena atención, calidad de servicios y la belleza paisajística… se lleva consciencia.