En esta epoca de los webinar hemos escuchado muchísimas propuestas y opiniones de expertos de cara a la “nueva normalidad” en el turismo, de donde rescatamos algunos de los conceptos que más se han repetido: “diversificación” y “resiliencia”.
Será muy marcado el comportamiento turístico antes y después del COVID-19, por lo que el sector tendrá que hacer uso de todos sus recursos y creatividad para recuperar lo perdido ante la contingencia sanitaria, y una de estas tendencias es la diversificación turística.
Se refiere al desarrollo de productos turísticos para nuevos mercados y, en el caso de México, romper un poco la inercia del sol y playa para enfocarse en otros destinos ofreciendo atractivos y experiencias nuevas, lo cual ya se venía dando en la industria, aunque ahora cobra mayor importancia intensificarla para reactivar la actividad a la brevedad posible en todo el país, primero con el mercado interno que iniciará viajando a lugares cercanos, en trayectos de no más de cuatro horas y media, como lo arrojan algunos estudios.
Esto ayudará a generar demanda de otros segmentos de viajeros que se sumen a los tradicionales de cada destino, aprovechando la tecnología que le da un gran empoderamiento a los viajeros, ya que después de la crisis se ha pronosticado que el turista será mucho más informado y utilizará en mayor medida los dispositivos electrónicos y las herramientas digitales para planear las vacaciones y la compra de servicios.
“La diversificación es uno de los principales retos en México, dado que es un sector que está muy enfocado al sol y playa en la parte turística para destinos ya muy posicionados como Cancún, Los Cabos y Vallarta, pero hay otros no muy tradicionales, y el desafío más grande es salir de esos mercados bastante maduros y con oportunidades de crecimiento un poco más acotadas y voltear a ver hacia otros nichos que pueden ser más atractivos, simplemente porque es una industria a largo plazo”, como lo ha señalado el experimentado consultor Raúl Duarte, Vicepresidente Senior de HVS México.
“Para el turismo de negocios el desafío es seguir creciendo económicamente y diversificarse en las distintas ciudades. Hoy, en México tenemos el corredor Bajío que incluye zonas como San Luis Potosí, León, Querétaro, Guanajuato y Aguacascalientes, algunas ya maduras y otras en pleno crecimiento”, enfatizó.
Mencionó como ejemplo a San Luis Potosí, que ha tenido un gran auge, lo que hay que lograr también en otras ciudades urbanas que son igual de interesantes, el objetivo es contar con las condiciones de seguridad, inversión, certeza jurídica en la tierra, buenos planes de desarrollo urbano, que los usos de suelo estén definidos, las densidades y no llegar a la saturación.
La gran fortaleza de México es que cuenta con una impresionante riqueza, lo tiene todo: historia, cultura, tradiciones, ciudades coloniales Patrimonio de la Humanidad y cosmopolitas, además de Pueblos Mágicos, una gran diversidad de áreas naturales e infraestructura, lo que se suma a los diferentes tipos de turismo que hasta ahora se han identificado y que siguen definiéndose cada día más, como: religioso, cinegético, wellness, de salud y bienestar, sustentable, de naturaleza, ecoturismo y rural, deportivo, de reuniones, cultural, etcétera.
Por otro lado, la resiliencia se centra en la capacidad de adaptación al cambio, a lo que no es ajena esta industria, ya que su única constante es, precisamente, el cambio, aunque ahora será muy drástico y estará marcado por el comportamiento de los viajeros, por lo que cobra gran importancia conocer sus preferencias y requerimientos, que arrojan diferentes estudios y análisis, para el diseño de nuevas propuestas, además de seguir estrictamente los protocolos de seguridad, higiene y sanitización, que sin duda, serán una exigencia.
Es un factor que siempre ha sido parte del turismo, por su misma escencia, la diferencia es que ese cambio gradual que siempre se manifestó a un ritmo poco acelerado mediante la innovación y la constante creación de nuevas experencias de viajes, ahora va a ser de golpe, y es ahí donde converge con la diversificación, siendo factores clave en el desarrollo y éxito de la actividad, a decir de los expertos.