Puerto Peñasco, Sonora 29 de diciembre 2020. Las Áreas Naturales Protegidas de México (ANP) son un buen ejemplo de la convivencia armónica de las comunidades con la naturaleza, por lo que resultan excelentes laboratorios para crear conciencia acerca de la importancia de conservar nuestra riqueza natural, y que mejor que a través del turismo de naturaleza (incluye el de aventura, el ecoturismo y el rural).
Mediante una serie de acciones como senderos interpretativos, centros de visitantes, guías, talleres y pláticas, ente otras dinámicas, los viajeros entienden la importancia de cuidar nuestro entorno natural al conocer los beneficios que nos ofrecen los ecosistemas en buen estado, como los servicios ambientales vitales: agua, aire puro, alimentación, preservación de especies, entre otros muchos.
Estando a cargo del área de difusión de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), tuve oportunidad de realizar las primeras campañas masivas de este organismo, con el objetivo de sensibilizar a la población de la importancia de conservar el medio ambiente y la naturaleza, que enfoqué, justamente, en los servicios ambientales como “promesa” de campaña.
Es bien sabido que el deterioro de los ecosistemas está causando estragos irreparables en el planeta, como el calentamiento global, la extinción de especies, la disminución de suministros de agua y el deshielo polar, por mencionar algunos, pero por otro lado, se ha popularizado la práctica del turismo de naturaleza, sobre todo en el marco del COVID-19, y esto hay que aprovecharlo para crear una cultura ambiental en los viajeros.
Esta modalidad nos permite visitar lugares sin alterar el medio ambiente, realizando actividades recreativas de apreciación y, sobre todo, de conocimiento de la naturaleza, los ecosistemas, especies y la cultura de las comunidades que las habitan.
Es por esto que en Traviatic exploramos las diferentes ANP para dar a conocer cuáles de las 181 con que actualmente contamos en el país, ocupando una superficie de 90.6 millones de hectáreasmarinas y terrestres, cuentan con vocación turística y sus principales características.
En mi recorrido por estos sitios, haciendo entrevistas y levantamiento de imagen para producir spots, videos, documentales y material impreso, una de las que más me impresionó fue la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar.
Como Visitar Otro Planeta
Esta Reserva se sitúa entre los municipios de Puerto Peñasco, Plutarco Elías Calles y San Luis Río Colorado en el Estado de Sonora; es un lugar de inigualable belleza, que semeja el paisaje de otro planeta. Visitarlo es una experiencia única que nadie se debe perder, enmarcada por una gran cantidad historias, mitos y leyendas que incluyen el avistamiento de objetos voladores no identificados e inclusive ha servido como locación para el rodaje de películas de ciencia ficción hollywoodenses.
En sus 7 mil kilómetros cuadrados de extensión este desierto resguarda mucha vida, comprendiendo la mayor diversidad biológica de los cuatro desiertos de Norteamérica, donde quedaron plasmadas las manifestaciones de la intensa actividad volcánica que se registró en el área hace aproximadamente dos millones de años.
Ahora, muestra majestuosamente sus huellas en este escudo volcánico de 40 por 65 kilómetros que se aprecia desde el espacio como una mancha negra rodeada de arena blanca.
En la zona existen más de 400 conos volcánicos con formas y tamaños diferentes, pero el gran espectáculo son sus cráteres gigantes que van desde 400 a 1,600 metros de diámetro y de 15 a 244 metros de profundidad, conocidos como cráteres Maars, siendo la mayor concentración de este tipo de cavidades en el mundo. El más espectacular es el conocido como “El Elegante”.
Se calcula que en la región fueron expulsados 270 kilómetros cúbicos de lava, en diferentes épocas de actividad volcánica.
Otro de sus atractivos es el impresionante mar de dunas activas o móviles, el más grande de Norteamérica, con una extensión aproximada a los 5 mil kilómetros cuadrados, el Desierto de Altar.
Diversidad Biológica
Aunque a simple vista pareciera que no hay vida, la reserva es habitada por especies animales y vegetales en las dunas fijas que lo rodean, como insectos, reptiles y mamíferos pequeños que se han adaptado a las condiciones extremas del desierto. La temperatura en los meses de verano es de cerca de 40 grados centígrados, pero se han registrado más de 55 grados, y aunque parezca increíble existen 560 especies de plantas, muchas de ellas endémicas o con alguna categoría de protección.
Otro de sus maravillosos atractivos es Las Tinajas, depósitos de agua de lluvia que se forman entre las rocas, y en meses son la única fuente de agua del desierto, que ayudan a mantener la vida de los animales y de grupos humanos que caminaban por kilómetros para abastecerse de agua.
La vegetación cambia en zonas de acuerdo al tipo de suelo y sus minerales. Las especies más comunes son el mezquite, palo verde, la gobernadora, el palo fierro, el torote, así como varias especies de cactus como las chollas péchita y las biznagas.
Una planta extraña que crece en las dunas es el camote del desierto, muy apreciado por los pueblos nativos por su sabor.
También hay plantas con flores, como el ocotillo, que en época de lluvias visten al desierto de diferentes colores, y crecen tres especies de cactus columnares, la pitahaya o cardón, la senita, y el saguaro.
En este inhóspito medio las plantas y los animales se relacionan entre sí para protegerse, darse abrigo, alimentación y refugio. Los polinizadores son las abejas, murciélagos y aves. El grupo de los invertebrados es el más diverso y uno de ellos le dio su nombre a la Reserva, el escarabajo pinacate, que vive en las dunas.
Habitan también cuatro especies de anfibios y 42 de reptiles, como el monstro de Gila o la tortuga del desierto, ambas amenazadas, lagartijas, serpientes y víboras, entre las que se encuentran dos especies de cascabel.
El grupo de aves es el más diverso del grupo de los vertebrados. Se han registrado 237 especies en el área, 100 de ellas residentes, así como 41 especies de mamíferos, algunas endémicas o con algún grado de protección, como el berrendo sonorense, el borrego cimarrón, venado cola blanca, coyotes, linces y pumas.
El Valle de las burbujas, que es un derrame de lava hirviendo, hábitat del borrego cimarrón, el cacomoixtle y el murciélago magueyero.
Pueblos Nativos
Han habitado la zona pueblos nativos desde mucho antes de la llegada de los españoles. Se ha descubierto que los primeros pobladores llegaron a la región hace cerca de 13 mil años. Los Hia C´ed Oódham, en español conocidos como Areneños o Pinacateños, habitaban la región hace más de 4,000 años.
También se han descubierto senderos, petroglifos, círculos para dormir, marcados en las rocas, así como diversos utensilios de roca, y los descendientes de estos grupos humanos todavía existen, son los Pápago, nombre español del pueblo O`odham. Es un sitio sagrado, místico, mágico y centro de creación del universo según la cosmogonía del pueblo O’odham.
Centro de Visitantes
Pero lo más importante en la reserva es la educación ambiental. Tiene que ver con el cuidado del medio ambiente, trabajar con niños y con los visitantes con el lenguaje de la naturaleza, que es de lo mas valioso que tenemos, y que actualmente es una de las enseñanzas que nos ha dejado la crisis sanitaria.
El centro de visitantes es un espacio dedicado a la educación ambiental, con una inversión inicial cercana a los 80 millones de pesos, donde se enseña y se demuestra la sustentabilidad, es el edificio publico más grande que funciona sólo con energía solar, y cuenta aire acondicionado en temporadas cálidas.
Arriban a este destino más de 70 mil visitantes al año y cada vez se incrementa. Es una reserva que se toca, se ve, se puede hacer un turismo limpio ecológico. Son 115,000 hectáreas reservadas para conservación y 50,000 con senderos interpretativos.
Dada la riqueza de El Pinacate y Gran Desierto de Altar fue decretado como Patrimonio Natural de la Humanidad el 21 de junio del 2013 por la UNESCO. Es como una universidad de la cultura ambiental.
Servicios Turísticos
Con respecto a las facilidades que ofrece a los visitante se encuentran dos áreas de campamento, una en El Tecolote y otra en Cono Rojo, y diez estaciones interpretativas con información relevante del sitio. Cada estación se enfoca en un tema específico, como: antiguas actividades productivas, agua en El Pinacate, volcán Santa Clara, Pápagos (Tohono O’odham), escudo volcánico, flora, fauna, valores paisajísticos, el clima, e investigación científica.
Cómo Llegar
Se ubica a 52 kilómetros al noroeste de Puerto Peñasco (Rocky Point, como lo conocen los estadounidenses), Sonora, de donde se pueden contratar diferentes tours o paquetes de paseos por la zona.
La infraestructura turística de Puerto Peñasco es de primera, es un punto obligado en este recorrido, en el que se ha asentado una importante comunidad de Estados Unidos; cuenta con hoteles y restaurantes de diferentes categorías ofreciendo su espectacular gastronomía a base de pescados y mariscos de la región, y sus playas son paradisiacas.Hay tours que salen de Hermosillo, capital del estado, que incluyen: hospedaje, visitas guiadas y recorridos adicionales, localizándose a seis horas, aunque también se puede llegar por Mexicali, Baja California, para luego tomar la carretera 8 de Puerto Peñasco a Sonoyta a sólo tres horas, que fue la ruta desde donde decidí iniciar esta aventura que todos los mexicanos tenemos que vivir.