Morelia, Michoacán 21 de agosto 2022. Uno de los más importantes íconos del Estado de Michoacán se yergue majestuoso entre las calles de su capital, el emblemático Acueducto de Morelia, una construcción que data de la época colonial, resguardando una gran historia que bien merece ser contada.
La obra actualmente conserva gran parte de su estructura original y gracias a los cuidados que se le ha venido sometiendo aún se conserva en excelentes condiciones, cuya relevancia le ha valido ser plasmada en la moneda mexicana, vía el billete de cincuenta pesos.
Para hablar de sus inicios es necesario remontarnos a los tiempos en que Fray Antonio de San Miguel ordenó su construcción en el año de 1785, levantándose en cantera rosa con un estilo barroco.
El Acueducto cuenta con 253 arcos y una longitud de 1,880 metros, y aunque en un inicio su función fue era llevar agua a las comunidades aledañas, desde la zona oriente hacia el centro de la ciudad, hace ya varias décadas se convirtió en uno de los monumentos más representativos del estado y todo un referente turístico.
Sin embargo, esta construcción no siempre lució como actualmente la conocemos, pues durante toda su historia ha sufrido múltiples remodelaciones; la primera versión se registró en 1549, en su mayoría con madera, no obstante, sufría daños constantemente debido a lo rudimentario de sus materiales y construcción, por lo cual a fines del siglo XVI se remodeló, esta vez usando cal y piedras para hacerlo más fuerte, funcionando así a lo largo de varios años.
Su edificación no fue fácil, pues durante mucho tiempo la obra estuvo suspendiéndose y reanudándose frecuentemente, debido a la falta de presupuesto e inconvenientes con el cabildo entonces en funciones. Todos estos obstáculos concluyeron en que finalmente la obra se derrumbara en 1784.
Fue en el siglo XVII cuando el Acueducto, así como hoy lo admiramos, vio la luz, gracias a que Fray Antonio de San Miguel ofreció sus propios recursos para la construcción de la obra, lo cual, además de ayudar con la situación de la escasez de agua en la ciudad, también contribuyó para emplear a algunos de los habitantes de la antigua Valladolid, hoy conocida como Morelia.
Hoy en día esta joya arquitectónica, aunque ya no provee de agua a la capital michoacana, en que embellece magistralmente la ciudad y le brinda una singular identidad, por lo que es un imperdible al visitar Morelia y disfrutar además de su gran oferta turística y cultural.
Hay que destacar que en la zona de los filtros viejos se encuentran los vestigios mismos del Acueducto, siendo este punto el lugar ideal para que dar recorrido dominical en bicicleta, con toda la familia, sin olvidar la cámara para tomar la foto o una selfie en uno de los sitios más emblemáticos del país.