Cabo Pulmo, Baja California Sur 27 de febrero 2021. Uno de los grandes aprendizajes que nos ha dejado el COVID-19 ha sido entender nuestra estrecha relación con la naturaleza, la importancia de cuidar nuestros ecosistemas y el papel de la sustentabilidad en la actividad turística mediante la conservación de nuestra riqueza sin dejar de visitar estos entornos, practicando un turismo de naturaleza que hoy cobra especial relevancia, cuando la tendencia es realizar viajes seguros y en lugares abiertos, evitando las grandes concentraciones.
En este marco, las áreas naturales protegidas de México han cobrado un valor sin precedentes en la industria de los viajes, ya que son lugares que nos brindan estas características, pero el reto en estos espacios es que no caigan en la devastación, debiendo seguir los requerimientos a partir de las características de cada ecosistema, sin embargo, algunos se han visto amenazados por los riesgos ecológicos que implican los grandes desarrollos turísticos, donde las comunidades han sido un importante factor para mantenerlos vivos, y uno de ellos es el Parque Nacional Cabo Pulmo.
Históricamente, Cabo Pulmo ha enfrentado el peligro de la urbanización para establecer magnos desarrollos que han puesto en grave riesgo el entorno ecológico excepcional del sitio, uno de ellos contemplaba un proyecto más grande que Cancún, entonces, pero afortunadamente los hemos sabido defender, aunque esto no nos impide disfrutar de toda su riqueza natural como visitantes responsables.
Este paraíso se localiza a 96 kilómetros (menos de dos horas) de San José del Cabo en Baja California Sur, siendo el arrecife coralino más extenso del Golfo de California, hábitat permanente y temporal de más de 800 especies del Mar de Cortés, una rica variedad de peces, crustáceos, moluscos, quelonios, aves y mamíferos marinos, muchos de ellos bajo alguna categoría de protección ambiental de riesgo, refugio de cinco de las siete especies de tortugas marinas en peligro de extinción en el mundo, y con una de las mayores concentraciones de tiburones (toro, tigre, martillo y blanco).
Inclusive, los expertos Green Pace aseguran que cuenta con una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el Golfo de California y posiblemente que cualquier otro en México.
Por su antigüedad, que data de hace 20,000 años aproximadamente, y la gran importancia biológica que representa, este refugio marino de 7,000 hectáreas que se extiende por poco más de un kilómetro y medio de playa virgen en mar abierto, fue decretado en 1995 Área Natural Protegida (ANP) en su categoría de Parque Nacional Marino; en 2005 se le reconoció como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO; y en 2008 se le inscribió como sitio Ramsar, reconociendo la importancia mundial del humedal.
Por todas estas características se ha posicionado como un ejemplo para el mundo, motivo por el que llama poderosamente la atención de científicos e investigadores, donde la comunidad decidió voluntariamente dejar la pesca para proteger los ecosistemas y el medio ambiente de la zona, por lo que la recuperación ha sido un caso de éxito en el orbe.
EXPERIENCIAS TURÍSTICAS
Pero también hay que explicar que los grupos que habitan y trabajan de manera sustentable en esta área han recibido alternativas productivas a través de iniciativas de organismos nacionales e internacionales dedicados a financiar este tipo de proyectos enfocados en el cuidado del medio ambiente y la naturaleza, así como instancias gubernamentales como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), entre otras.
Una gran opción que encontraron fue integrarse a la actividad turística prestando una serie de servicios, siempre respetando el entorno natural de este paradisíaco destino que en momentos nos recuerda a las postales del Caribe; como alimentación y artesanías, los lancheros operando tours para los visitantes, mientras que otros se han especializado como guías para la práctica de snorkeling y buceo para apreciar el maravilloso espectáculo que brindan los peces multicolores y la vida marina.
Y la experiencia de este viaje se complementa en los restaurantes de cocina tradicional, contando también con servicio de guías, bungalows, cabañas ecoturísticas en la población que en su mayoría utiliza energía solar. No hay líneas telefónicas y la electricidad es limitada para mantener el impacto extremadamente bajo en el área. En las noches se disfruta del más espectacular cielo estrellado.
Es un lugar donde aún se sigue respirando un entorno de tranquilidad, lo que representa uno de sus mejores atractivos que se amalgama con el contacto directo y pleno con la naturaleza, observando delfines, mantarrayas, tortugas y ballenas jorobadas, entre otras especies que se pueden encontrar cotidianamente.
El Mar de Cortés, que el famoso oceanógrafo Jacques Cousteau calificara como “El Acuario del Mundo”, se ha posicionado como uno de los mejores lugares para el buceo y el snorkeling, mediante la dirección de instructores especializados.
Cabo Pulmo es un lugar de inigualable belleza natural y paisajística que coexiste en armonía con los procesos oceanográficos establecidos de forma exitosa que han contribuido a su conservación.
Una de las actividades más prácticas y ecológicas de recorrer las costas de Cabo Pulmo es en kayak, un medio de transporte no motorizado que preserva las maravillas naturales del parque nacional, que nos dan la oportunidad de recorrer sus cristalinas aguas.
En cuanto al snorkeling, se le ha reconocido como uno de los mejores sitios para la práctica de esta actividad en Norteamérica, ya que el Mar de Cortés es una de las zonas más tranquilas que invita a explorar, donde los buceadores certificados brindan todo el apoyo para recorrer el arrecife de coral vivo, experimentando las más espectaculares vistas del mundo submarino.
Además, se practica un buceo de bajo impacto, siguiendo los lineamientos del turismo ecológico y sostenible, lo que ha contribuido a mantener la protección de uno de los ambientes subacuáticos más singulares del mundo. Es importante destacar que los buceadores certificados dirigen a los viajeros a concoer sus secretos mejor guardados de su entorno natural.
TRES VECES AMENAZADO
Tres han sido las amenazas más graves y que detonaron mayor controversia por el impacto que podrían haber causado el área, a las que se han enfrentado Cabo Pulmo y Cabo del Este en los últimos años.
Aunque la gran preocupación en el área no sólo se enfoca en lo ambiental sino también en el impacto social, buscando que esta región se desarrolle integralmente, sin que se comprometa el bienestar de las comunidades locales y la salud del entorno natural.
2008 / Cabo Cortés
La empresa española Hansa Urbana tuvo la intención de construir un mega-proyecto turístico en Cabo Pulmo en 2008, que llevó por nombre “Cabo Cortés”.
Este magno desarrollo pretendía edificar a escasos metros al norte de Cabo Pulmo más de 30,000 habitaciones, entre hoteles y viviendas, tres campos de golf, una marina y un aeropuerto.
En ese momento fue difícil comprender un plan para construir un complejo de tal escala a orillas de un frágil ecosistema arrecifal, pero afortunadamente y gracias a miles de ciudadanos que se unieron y firmaron un documento rechazando el proyecto, el Gobierno de México revocó la autorización ambiental, quedando sin efecto este mega proyecto turístico.
2014 / Cabo Dorado
Otro de lo casos tuvo lugar a principios de 2014, cuando un nuevo proyecto denominado “Cabo Dorado” surgió por parte de una coinversión de chino-estadounidense apoyada por la empresa China State Construction Engineering Corporation, que manifestó estar vinculada a un acuerdo binacional entre los presidentes de México y China en seguimiento a la colaboración económica y comercial entre los ambos países.
“Cabo Dorado” se enfocaba en la construcción de una nueva ciudad “ecoturística” chino-mexicana dentro de una superficie de 3,770 hectáreas, con un total de 22,503 cuartos distribuidos en nueve hoteles, 6,141 viviendas, 4,380 instalaciones para comercio, restaurantes, servicios y condominios, así como 100 cuartos para servicios de infraestructura y equipamiento.
Además, comprendía la construcción de una aeropista, un acueducto de 14 kilómetros, dos campos de golf y uno de práctica, centro comercial, centro cultural y de educación, museo de tecnología, centro estudios y de investigación científica, centro deportivo de alto rendimiento, centro de bienestar, centro para visitantes y tres clubes de playa.
Y por si fuera poco, “Cabo Dorado” tendría las concesiones para extraer 4.8 millones de metros cúbicos de agua anualmente, de los cuales 4.5 millones provienen del acuífero de Santiago, única reserva para abastecer la demanda del vital líquido de las poblaciones, y adicionalmente se sacarían 315,000 metros cúbicos anuales del acuífero de Cabo Pulmo, donde las poblaciones ya sufrían se serios problemas de agua.
Nuevamente, se le reconoce a la sociedad que presionó el apoyo del Gobierno Federal, por lo que el proyecto no se realizó y una vez más Cabo Pulmo fue salvado.
2016 / Cabo Pelicanos
A 10 kilómetros al sur del Parque Nacional Cabo Pulmo, la empresa BCS Desarrollos Los Cabos, SA de CV ingresó en abril de 2016 la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la aprobación del proyecto denominado “Plan Maestro de Desarrollo Turístico Cabo Pelícanos”.
El proyecto planeaba la construcción de 1,119 cuartos de hotel, cuando tan sólo La Paz en 2014 contaba con una infraestructura de 2,812 habitaciones, de acuerdo con la Semarnat, así como un campo de golf de 18 hoyos, lagos artificiales y un museo-acuario que pretendía exhibir de un ejemplar de tiburón ballena.
Pero el 23 de junio de 2016 se verificó una reunión pública informativa en donde los desarrolladores detallaron el proyecto, y en respuesta, diversas organizaciones de la sociedad civil también expusieron sus preocupaciones del riesgo ambiental que representaba para el parque un proyecto con estas características, que derivó en que la Semarnat solicitara a los promotores del desarrollo resolver cerca de 70 observaciones realizadas al proyecto en un plazo de 60 días.
Para el 25 de agosto de ese mismo año, la empresa manifestó mediante oficio ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental que desistía del procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto y, por supuesto, no procedió el desarrollo.