Fort Worth, Texas 24 de marzo 2022. Daisy Soto es una joven mexicana originaria de Tecate, Baja California, que sigue su sueño de llegar a ser piloto aviador de una de las más importantes aerolíneas de Estados Unidos, American Airlines; una historia de éxito que viene a coronar este mes en el que se conmemora la lucha por la equidad de género.
“Mi objetivo no es sólo llegar a ser piloto de American algún día, sino también inspirar y guiar a otras mujeres para que persigan sus sueños. Me costó mucho encontrar a alguien que me guiara en el camino para ser piloto porque no había pilotos en mi familia ni en mi ciudad, así que quiero ser una mentora para otras”, comentó Daisy.
Hay que destacar también a empresas como American Airlines, que brindan apoyo a mujeres que se esfuerzan por destacar en actividades que hasta la fecha mayoritariamente realizan los hombres.
Por todo esto, esta historia inspiradora, es digna de contar, donde la protagonista que creció en el pequeño pueblo de Tecate que se localiza al sur de la frontera con Estados Unidos, a los 15 años descubrió su pasión por la aviación, cuando y empezó a buscar formas de perseguir su sueño de convertirse en piloto de una aerolínea. Sin mentores ni conexiones con la industria de la aviación, se inscribió en la escuela en San Diego, a la que acudió durante el resto de su carrera estudiantil.
Ella misma narra que “durante años, me desperté a las cuatro de la mañana para asegurarme de llegar a la frontera a tiempo para ir a la escuela. Cuando mi madre me preguntó si estaba cansada de levantarme tan temprano y conducir tan lejos cada día, le dije que la motivación era mi sueño de convertirme en piloto profesional”.
Además de las horas de trayecto diario, Daisy se enfrentó a otros desafíos en su camino hacia la aviación. No sólo tuvo que aprender a hablar inglés con fluidez antes de empezar la escuela de vuelo en la el vecino país del norte, también tuvo que encontrar la forma de costear su formación como piloto.
Mientras estudiaba inglés, solicitó préstamos estudiantiles, los cuales fueron denegados porque aún no era ciudadana estadounidense. Todo eso cambió en 2018, cuando al contar con 22 años de edad solicitó y obtuvo oficialmente la ciudadanía, y lo siguiente fue: la escuela de aviación.
Posteriormente, buscando formas de financiar su formación como piloto, encontró a la Cadet Academy de American Airlines, un programa único en su tipo que ofrece opciones de financiamiento y un camino directo para convertirse en piloto de la aerolínea. Desde su lanzamiento, dicho programa ha contado con más de 500 egresados, muchos de ellos ya trabajando actualmente en cabina.
Daisy es una de los más de 320 aspirantes a aviador que se han graduado en la Cadet Academy y ahora trabaja como instructora de vuelo en una escuela de vuelo de Spokane en Washington, Estados Unidos.
“Hasta ahora cuento con más de 300 horas acumuladas y sé que tengo un largo camino por recorrer para llegar a las 1,500 antes de unirme a uno de los equipos regionales de American. Estoy disfrutando de cada hora de vuelo porque puedo enseñar a otros a volar y ayudarles a seguir sus sueños de convertirse en pilotos”, aseguró.
Hay que destacar que recientemente, Daisy fue reconocida como una de las ganadoras de la beca Mujeres en la Aviación Internacional (WAI) 2022. La conferencia anual ayuda a miembros a alcanzar sus metas y avanzar en el desarrollo de sus carreras aeronáuticas y aeroespaciales con las que han soñado.
Además de las becas, el equipo de reclutamiento de vuelo de American se reunió con cientos de futuros pilotos y concedió 36 ofertas de trabajo condicionales en la conferencia, incluyendo a 31 mujeres aviadoras. En el caso de Daisy, el dinero de la beca WAI le permitirá ampliar sus conocimientos y completar su certificación de avión Cirrus, con lo que estará un paso más cerca de unirse al equipo de American.
El consejo que ella expresa tanto para su yo más joven como para las mujeres que decidan seguir una carrera de piloto o de algún otro tipo es que nunca se rindan, es: “En algún momento mirarás atrás y verás que todos esos fracasos, y todo el trabajo duro valen la pena”.
Incluso, después de todos los obstáculos a los que se ha enfrentado y superado, las vistas desde la cabina siguen dejándola sin aliento.
“No importa cuántas veces vuele, siempre me sorprenden los paisajes. Volar es mi pasatiempo favorito, el hecho de que sea mi profesión es un sueño”, enfatizó Daisy Soto.