¿Te imaginas dormir en un lugar que resguarda piezas únicas con hasta 500 años de antigüedad? Sí, nos referimos a un museo, ¿y sí además contara con servicios de hospedaje?, sería una toda una experiencia. Pues existe en México y es el único en su tipo en América Latina: el Hotel Museo Palacio de San Agustín, localizado en la capital de San Luis Potosí.
La diversidad de experiencias turísticas que ofrece nuestro país son fuera de serie, no dejan de sorprendernos, en cuanto podamos viajar nuevamente será un imperdible conocer este extraordinario lugar que fusionaarte, elegancia, comodidad, historia y belleza.
Este patrimonio arquitectónico del siglo XVII, además de hospedarnos, nos brinda la oportunidad de apreciar las obras de arte que se exhiben en sus paredes, los muebles antiguos que visten el lugar, así como sus fachadas y ventanas de estilo neoclásico.
El Hotel Museo Palacio de San Agustín, cuenta con una privilegiada ubicación en el primer cuadro del Centro Histórico de la ciudad de San Luis Potosí, que en sus orígenes fue residencia de descanso de monjes Agustinos y sus invitados especiales. Posteriormente, la propiedad pasó por diferentes dueños, lo cual causó su deterioro, hasta que en 2004 se planteó la idea de un hotel en el que se detuvo el tiempo y ahora ofrece a los huéspedes la magnífica experiencia de conocer el San Luis Potosí de la época de la colonia.
El inmueble alberga 18 habitaciones, todas acondicionadas con muebles y antigüedades que fueron traidas de Europa, las cuales con cerca de 500 años de historia han sido certificadas. Ninguna suite es igual, pues cada pieza del lugar es única y elaborada con diferentes tipos de madera, por lo que incluso el aroma de cada alcoba es distinto, con colchones de la mejor calidad, camas térmicas, así como almohadas y sábanas de seda italiana de más de 1,000 hilos.
Durante el recorrido por el museo, hay dos lugares que llaman la atención: La Capilla del hotel, acondicionada con muebles antiguos y techos pintados a mano por artistas locales, y la Escalera Helicoidal, uno de los puntos más relevantes del lugar pues para los Agustinos representó el camino directo hacia Dios, y llegar al final significaba subir al cielo después de una vida dedicada a Cristo, por lo que para algunas personas subirla es una experiencia espiritual.
En su restaurante se lleva el arte a los platillos, siempre listo para satisfacer a los paladares más exigentes a través de su especialidad, la cocina francesa, aunque también es digna de mencionarse su gastronomía internacional de autor, acompañada con una muy buena selección de vinos y licores, pero la cereza del pastel es la música de piano que ameniza el ambiente.
Entre los servicios que ofrece el hotel está el spa, sesiones fotográficas, visitas guiadas por el museo, organización de diversos eventos sociales, centros de negocios, biblioteca y recorridos a caballo por el Centro Histórico de la bella ciudad colonial y disfrutar de su gran oferta turística con diversidad de opciones culturales, gastronómicas y de entretenimiento.