Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, Michoacán 8 de febrero 2021. Una de las áreas naturales protegidas más emblemáticas de México es, sin lugar a dudas, la Reserva de Biosfera Mariposa Monarca, y esto se debe a uno de los fenómenos migratorios más impresionantes del planeta, cuando este frágil insecto realiza un viaje de más de 5,000 kilómetros para hibernar y reproducirse en estos bosques localizados en los estados de México y Michoacán.
Millones de Mariposas Monarca hacen cada año esta travesía desde los bosques de Canadá y Estados Unidos para pasar la temporada invernal en estos, sus santuarios, que son parte de la reserva declarada por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad, que se ha convertido en una gran experiencia turística atestiguar el espectáculo que presentan cuando grandes colonias cuelgan de los árboles formando racimos que parecen uvas, y en otros momentos revolotean en el área tiñendo el cielo con sus colores.
Los pequeños turistas que miden entre 8 y 12 centímetros se hospedan por un periodo de noviembre a marzo todos los años en los bosques mexicanos que se localizan a 3,000 metros de altura sobre el nivel del mar, y que se extienden en 56,000 hectáreas, llamando la atención de miles de visitantes se dan cita para disfrutar de este espectáculo único que nos brinda la naturaleza.
SÍMBOLO DEL DÍA DE MUERTOS
Debido a que las Monarca concluyen el viaje migratorio entre finales de octubre y principios de noviembre, con su llegada a las áreas de hibernación en México, surgió la creencia milenaria entre los pobladores de la región de que cada mariposa representa el alma de sus seres queridos, ya difuntos, que vienen a visitarlos.
Es por esta razón que los lepidópteros tienen un carácter místico y localmente se les rinde un especial tributo durante los festejos de Día de Muertos, cuando todo se pinta de naranja y negro, los colores de sus alas.
BENEFICIOS ECOLÓGICOS
Esta especie es de vital importancia para la vida, ya que cumplen una función polinizadora, lo que representa un factor para el equilibrio ecológico en los bosques que habitan y visitan durante su recorrido.
En México, se alimentan de unas hierbecillas conocidas en la región como venenillo y algodoncillo que, de no consumirlas, ocasionarían un desequilibrio ecológico en los bosques de pinos y oyameles.
EL ECOSISTEMA
Los prestadores de servicios, convencidos de los beneficios de conservar en buen estado este ecosistema, nos comentaron que la serie de acciones que realizan durante todo el año están enfocados en proteger los servicios ambientales que brinda la reserva, siendo la producción de agua una de las principales.
Se estima que cerca del 33% del vital líquido que se consume en la CDMX proviene de las cuencas del Cutzamala y justamente son los bosques de esta región los que las abastecen.
Además, cuentan con un programa de viveros para producir la planta para reforestar durante los primeros meses de lluvia, en mayo, junio y julio.
Es importante destacar que al visitar esta y otras áreas naturales protegidas del país, hay que seguir las indicaciones y códigos de conducta establecidos, con el fin de no alterar o afectar los recursos naturales y fauna del área y, en el caso de disfrutar del fenómeno de hibernación, reproducción y migración de las Monarca, las actividades de observación se realizan en los santuarios y senderos autorizados, a través de los prestadores de servicios turísticos y guías autorizados.
PARA LLEGAR
La reserva se localiza al oriente del estado de Michoacán, en los límites con el poniente del Estado de México, contando con una diversidad de paradores turísticos en ambas entidades, acondicionadas con servicios sanitarios, venta de artesanías de la región, puestos de comida típica y antojitos, desde donde se puede ir caminando, a caballo o en bicicleta a los miradores establecidos.
Para llegar a las regiones de las Monarca desde la CDMX se pueden tomar autobuses foráneos en la Terminal de Observatorio, o en automóvil tomando la vía hacia Toluca y luego la autopista a Guadalajara, desviándose en Maravatío a Angangueo y a una media hora se encuentran los santuarios de El Rosario y Sierra Chincua.
Otra opción es llegar a Angangueo a 150 kilómetros al oeste de la capital del país, desde Toluca y Valle de Bravo en el Estado de México, y de Zitácuaro o Morelia en Michoacán.
Nuestra recomendación para disfrutar del viaje a este maravilloso destino y que sea menos cansado, es pasar un fin de semana en Zitácuaro o el Pueblo Mágico Angangueo, dedicando un día a visitar los santuarios de El Rosario y Sierra Chincua, que cuenta con un Centro de Cultura para la Conservación, y otro día para degustar la gastronomía regional y conocer los atractivos locales.
Tanto Zitácuaro como Angangueo cuentan con hoteles de buena calidad, de tres y cuatro estrellas, pero nosotros preferimos el hotel La Margarita en Angangueo, a sólo cinco minutos del centro de la ciudad, que cuenta con un excelente restaurante de comida mexicana con aportaciones de la cultura mazahua-otomí.
La gastronomía es toda una delicia, donde probamos las carnitas muy a su estilo, el mole rojo, las tradicionales corundas de capulín, los tamales y trucha en diversas modalidades, así como atoles de tamarindo y guayaba, aunque su extensa carta incluye otros ricos platillos típicos de la cocina michoacana.
También podemos recomendar el restaurante El Vergel, en donde no podrá dejar de probar una de sus deliciosas especialidades, muy tradicional de Zitácuaro, la cabeza de res cocida en el horno.